No hay tregua. El fútbol no se detiene. Nervión sigue intentando
digerir el adiós de Monchi; Castro se esfuerza en convencer a un Sampaoli que, sin el objetivo cumplido, pone condiciones a su continuidad; jugadores y técnicos piden
que se solucione de una vez el conflicto con los hinchas para que el Sánchez-Pizjuán vuelva a ser una caldera...
Mil y un frente abiertos. Sin olvidar a los chinos. Pero no olviden que
lo realmente importante es lo que se cuece a ras de hierba. Todo lo que no sea pensar en ello por parte de los profesionales blanquirrojos sería hacer un flaco favor tanto a ellos mismos como a una afición alicaída.
Después de
cinco partidos sin vencer, cuatro de ellos en Liga, con un paupérrimo balance de
tres puntos de doce posibles que le ha hecho perder la tercera plaza, el Sevilla necesita reencontrarse consigo mismo, con ese fútbol alegre, intenso y vistoso que ha ido perdiendo por el camino, para creer y devolver la sonrisa a los suyos.
No parece el Camp Nou el mejor escenario posible para salir de esta preocupante crisis de juego y resultados. Pero hace apenas un mes había quien soñaba con llegar a esta cita peleando por el título. Esto era gracias a un equipo fabricado para pelear con cualquiera. Un bloque ahora deprimido, pero
con mimbres para poder soñar.
Eso sí, para que vuelvan los elogios al ´Amateurismo´,
Sampaoli necesita explorar fórmulas alternativas y recuperar a sus baluartes. El escaparate que supone enfrentarse al todopoderoso Barça debe ser motivo más que suficiente para que los
N´Zonzi, Nasri, Vitolo o Jovetic demuestren el gran potencial que atesoran, el mismo que puede hacer al Sevilla temible.
Viendo lo que hay enfrente, sin embargo, no es descabellado que el técnico de Casilda, pese a la valentía que anticipa en sus palabras, apueste por buscar u
na mayor solidez defensiva con una zaga de tres centrales, dada la milagrosa recuperación de
Mercado, y fortalecer a su vez la medular con el cada vez más habitual doble pivote, aunque en esta ocasión el acompañante de N´Zonzi podría ser
el siempre cumplidor Iborra, que suele aportar esa dosis de garra que también se echa en falta. Una disposición más conservadora que ´obligaría´ a sacrificar a Sarabia.
Por delante, con
Escudero en el costado izquierdo tras su sanción, no parece que sea el día para recuperar al ´Mudo´, por lo que Nasri seguirá con mando en plaza pese a su mal momento, confiando en las galopadas de Vitolo y, previsiblemente, en la ambición de Jovetic, en mejor estado que
Ben Yedder.
Enfrente,
bajo su nuevo 3-4-3, el Barça recupera a
Messi y Piqué. Con las bajas de
Rafinha y Arda, los culés no tienen margen de error en su persecución del Madrid y ven en el Sevilla al rival más complicado de cuantos les quedan. Eso dificulta más si cabe la empresa. Pero
la realidad no debe impedir soñar.