Duelo de 'amigos', un Betis mejorado con el cambio de entrenador despide LaLiga en Gijón contra un Sporting ya descendido.
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En Gijón se frotaban las manos hace ahora diez meses cuando el sorteo del calendario de Primera deparaba otra vez
un epílogo contra el Betis. Nadie mejor enfrente con quien jugarse los cuartos, pensaron los rojiblancos, que intercambian últimamente favores -más desde Heliópolis, todo sea dicho- con un equipo afín en muchos sentidos. Y no tanto por la amistad entre sus futbolistas, sino por un hermanamiento entre aficiones que parece ir más allá del componente político de sus ultras. Por citar únicamente los casos más recientes, un Betis ya ascendido levantó el pie del acelerador en la 14/15 para que el Sporting goleara 0-3 en el Benito Villamarín y validara la sorpresa del Lugo en Girona, que devolvió a los asturianos a la máxima categoría del fútbol español. Elite en la que permaneció en la 15/16 merced a su triunfo en casa frente a un Villarreal en chanclas que adiestraba el ‘hijo pródigo’ Marcelino, pero también por el esfuerzo extra de un cuadro verdiblanco sin nada en juego que
prefirió mandar a Segunda al Getafe.
Sin embargo, la desidia verdiblanca se acrecentó en tres semanas fatídicas tanto para el destituido Víctor Sánchez del Amo como para quienes
esperaban el enésimo guiño desde La Palmera, por lo que, por supuesto más
por deméritos propios, los de Rubi llegan sin crédito alguno ya al epílogo del campeonato, por lo que la fiesta planeada se ha tornado en un incómodo velatorio para ambos.
En el bando visitante,
Alexis dio otro aire al Betis en su debut ante el Atlético, por lo que, si bien ha de viajar con lo puesto por las bajas (
Adán, Álex Alegría, Rubén Pardo, Sanabria y Álex Martínez), el grancanario pedirá un último empujón a los suyos para
terminar el curso con una sonrisa. No se descarta que dé minutos a otros poco habituales, aunque lo más lógico es que el once de su debut tenga continuidad.