El argentino Paulo Dybala ha aceptado la oferta de la Roma que entrena José Mourinho y jugará en el club de la capital italiana la próxima temporada, revelaronn este pasado lunes los medios italianos, que aseguran que el jugador tomó la decisión definitiva frente a otras ofertas interesantes sobre la mesa, como la del Inter de Milán. El atacante es una pieza más para un ambicioso proyecto. Después de conseguir la Conference League, el club capitalino busca un crecimiento mayor y romper con un maleficio que dura más de 20 años: conseguir la Serie A.
Según los pronósticos de Betfair, que la Roma gane la Serie A se paga a 21€ por euro apostado. Es el quinto club mejor posicionado, pero con una tendencia positiva tras las últimas incorporaciones. Aún así, está lejos de la cabeza de un campeonato que tiene en Inter (2.6), Juve (2.8) o Milan (4.5) candidatos más solventes que los capitolinos. Sucede que Mourinho ya ha conseguido otras machadas. La del Oporto (campeón de Europa) es quizá la más sonada. La del triplete del Inter (2010) tampoco está mal.
En medio de los hombres de perfil más sacrificado, en las plantillas de Mou siempre ha habido un chico estilo Dybala, un verso libre que deba dar el toque de creatividad al ataque de los equipos del técnico luso. Un ejemplo claro y comparable con Dybala puede ser el de Mesu Özil con el Real Madrid. El alemán llegó al Bernabéu la misma temporada que Mourinho y, a pesar de que acabó mal la relación entre ambos, la realidad es que el mejor Özil se vio con el técnico luso en el cargo.
Özil jugó entre 2010 y 2013 en el Real Madrid, con el que conquistó una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España ante el mejor Barcelona. Su perfil era similar al Dybala que llega a la Roma. Jugador con talento detrás del delantero y que puede tener en Mourinho al técnico ideal para sacar su mejor versión.
Lo mismo sucedió en el Inter campeón de Europa con Mourinho en 2010. Esa temporada, Mou tenía en Wesley Sneijder a su mediapunta de calidad liberado de funciones más exigentes en lo defensivo y que alcanzó el nivel más alto de su carrera. De hecho, aquel año muchos reclamaron al neerlandés como Balón de Oro. No sólo por el triplete sino porque, merced a esa gran temporada con el Inter, jugó un Mundial de Sudáfrica de escándalo. Sólo España lo apartó del título en la final.
En el Chelsea de Mourinho, un joven Arjen Robben cuajó una de sus mejores temporadas como profesional en 2006. En medio del poderío físico de Makelele, Lampard o Drogba, la clase del neerlandés dio un toque especial al ataque de los blues y Mourinho tuvo a su jugador talentoso que siempre a acompaña a sus onces.
Lo mismo sucedió en su primer gran proyecto, el del Oporto campeón de Europa en la década de los 2000. Mou encontró en Deco ese ‘violinista’ particular con un resultado histórico para la entidad lusa que ganó no sólo títulos domésticos, sino también la segunda Copa de Europa de su historia. El mediapunta luso fue clave y después marcaría también una época en el Barcelona.
Para Dybala estar en la Roma puede ser clave para poder ir al Mundial con su país, Argentina. Scaloni duda entre él y Correa y estos meses son clave para que en la lista definitiva se cuele la nueva estrella romanista. Según los pronósticos, que Argentina gane el Mundial se paga a 7.5€ por euro apostado, cuarta favorita y con la sensación que puede ser un gran año para la albiceleste si sigue dejando buenas sensaciones. Dybala no se lo quiere perder.