La llegada de
Pepe Mel al banquillo, en sustitución del destituido
Garitano, supuso un soplo de aire fresco en La Coruña, que invitó a pensar en un tramo final de temporada tranquilo y cómodo. No en vano, nada más aterrizar el madrileño, el conjunto gallego empató con el
Atlético de Madrid, ganó en un encuentro vital al
Sporting y dio la campanada en el Camp Nou.
Sin embargo, la resaca de aquel triunfo aún le dura al equipo blanquiazul, que no ha logrado ganar desde entonces. Cayó en casa en el derbi gallego ante el
Celta (0-1), salió goleado ante el
Valencia (3-0) y empató el pasado miércoles ante el
Granada.
Por suerte para los de Mel, ni
Osasuna, ni
Granada ni
Sporting parecen tener capacidad de reacción, pero les urge reaccionar para no pasar apuros.
Por ello,
Mel va ajustando poco a poco alguna de sus piezas. De momento, bascula entre el 1-4-2-3-1 con el que empezó y el 1-4-4-2 de los últimos encuentros, buscando más profundidad por los costados, con la inclusión del joven
Marlos.
Habitual en él, Pepe ha conseguido rehabilitar a varios de los futbolistas que habían caído en el ostracismo con
Garitano y elevado así la competencia en el equipo, pero no ha terminado de darle la consistencia que necesita para alejarse de la zona peligrosa. Por ello, en su particular derbi,
Mel luchará contra la temida efervescencia.
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ED Apuestas2 min lectura
