Cada jornada es un mundo para una U.D. Las Palmas a la que esta Liga se le está haciendo interminable. Es uno de los equipos que mejor fútbol practican, han rondado los puestos de Europa durante gran parte del campeonato y sólo su conocido déficit en ambas áreas le tenía lejos del ‘Top 6’. No obstante, lo que empieza bien no siempre acaba bien.
Quique Setién tenía entre sus manos una caja de Pandora cuya existencia intentó ocultar por todos los medios. Cansado, un día decidió hacerla trizas contra el suelo y, desde entonces, en la isla no paran de airear trapos sucios. El técnico anunció que no seguirá la próxima temporada,
desveló el crispado ambiente que existe en el vestuario, con frecuentes sucesos extradeportivos y la actitud egoísta de algunos jugadores cuando ven que se quedan fuera del once inicial; el último, un Jesé que está muy lejos de cumplir las altísimas expectactivas que generó su llegada en enero.
Desde entonces, siete derrotas en las 10 últimas jornadas no hacen más que echar gasolina a un fuego incontrolable y de graves consecuencias.
Pese a todo, en el Estadio Gran Canaria sigue costando doblegar a un equipo que, a pesar de estar muy tocado en lo anímico, no pierde su sello:
un 1-4-1-4-1 con Roque Mesa como ‘alma máter’ en el juego de recuperación y asociación. Sin balón,
los dos interiores se juntan con el pivote y los extremos cierran las bandas. Con balón, el cuadro canario se despliega hacia una especie de 1-4-3-3, con laterales ofensivos ocupando toda la banda y tratando de circular con rapidez el balón en busca de algún desmarque decisivo.
Ojo a los libres directos de Viera y Lemos.El crackEl canterano amarillo, ‘hijo pródigo’ de la U.D. Las Palmas, ha ganando en hechuras y en madurez (a pesar de su tendencia al ‘despiste’ extradeportivo), algo que se nota sobre el terreno de juego. Todas las jugadas de su equipo pasan por sus botas, pues su calidad técnica articula a la perfección una marcada apuesta por el fútbol de toque y con carácter ofensivo. Tiene una gran capacidad de desborde y cuenta con un último pase determinante. Además, es el encargado de lanzar los penaltis y de botar todas las acciones a balón parado.
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